
El parlamentario Homero Ruiz, representante del estado Táchira ante
la Asamblea Nacional (AN), y secretario general del Partido Social
Cristiano Copei en dicha entidad, indicó que el gobierno nacional
dispondrá desde la Corporación C.A.S.A de recursos por más de 4.300
millones de dólares solo para la importación de alimentos en el año
2014, y destacó que lejos de apuntar hacia el desarrollo de la
producción nacional, hacia una verdadera soberanía agroalimentaria, en
Venezuela lo que se ha hecho es “depender cada día más de la importación
de productos alimenticios, convirtiéndonos en los grandes socios
comerciales de países como Argentina, Brasil, Guyana, Nicaragua,
República Dominicana y Uruguay, quienes nos venden buena parte de su
producción y además a precios que no resultan para nada atractivos, ya
que superan los precios del mercado”.
El “guiso” del arroz
Manifestó
Ruiz, que los sobreprecios en el arroz no solo son con Argentina, esta
pérdida patrimonial en las arcas de la nación también se están
presentando en la importación de 200 mil toneladas de arroz provenientes
de Guyana, ”El guiso del arroz pica y se extiende, pensábamos que era
un negociado que solo se estaba presentando con el caso argentino, pero
no, resulta que investigando otros acuerdos de cooperación
agroalimentaria, nos encontramos con que el mismo guiso también se está
presentando con las 200 mil toneladas de arroz que el Gobierno le está
comprando a Guyana por un monto de 114 millones de dólares”.
Afirmó
que los precios de compra en el arroz varían de una forma muy
sospechosa, “contrastan las cifras cuando comparamos las 87 mil
toneladas que le hemos comprado en lo que va de año a Brasil a un costo
de 360 dólares por tonelada, negocio que a la fecha supera los 31
millones de dólares pero que cabe resaltar que se ha realizado en los
precios del mercado. Pero si comparamos esta compra, con la que se le
viene realizando a Guyana, los precios varían de una manera muy
sospechosa, ya que a Guyana le estamos comprando la tonelada de arroz a
razón de 570 dólares la tonelada, lo que supera por más de 200 dólares
los precios del mercado, generándole así una pérdida patrimonial a la
nación superior a los 42 millones de dólares, es decir, que aquí
podríamos concluir que las importaciones de alimentos, se han convertido
en una gran olla de corrupción de la que solo se benefician los grandes
delincuentes de cuello rojo”.
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